El uso del ozono para eliminar olores
desagradables en el hogar se ha revelado como una solución perfecta para acabar
con ellos de raíz, sin competencia en eficacia e inocuidad, y tanto a nivel
ambiental como de superficies.
Es casi interminable la lista de tipos de
ambientes, objetos y superficies en general que pueden tratarse con ozono de un
modo sencillo, rápido y totalmente inofensivo para la salud de las personas y
el medio ambiente.
Gracias al diseño de vanguardia de los
equipos
ozonizadores, su funcionamiento en función manual o automatizada nos
permite llevar a cabo tramientos de ozono en cuestión de minutos, sin necesidad
de realizar complejas programaciones ni tomar precauciones de ningún tipo. Tan
es así que, por lo general, con los equipos
domésticos no existen reservas al respecto e incluso puede hacerse en
presencia de personas, sin ningún problema.
Bastará con un tratamiento de unos pocos
minutos mediante la aplicación de aire ozonizado para conseguir un ambiente
purificado o, en su caso, una superficie libre de olores, ya sea ropa,
alfombras, sillas u otros muebles tapizados, cortinas, colchas, peluches o
cualquier otra superficie.
El agua ozonizada también es un poderoso
desodorizador. En primer lugar, erradica los malos olores del mismo agua, al
tiempo que mejora su calidad, pues el ozono consigue la desodorización gracias
a la destrucción de partículas contaminantes que son responsables del olor y
también de la polución, por lo que ambos desaparecen.
Al contacto con el agua, los alimentos (sobre
todo productos frescos, como carne, pescado, frutas, verduras, etc.) también
recuperan su frescura y dejan de oler mal, y lo mismo cabe decir de aquellas
superficies que lavemos con agua ozonizada, ya sea el suelo, el banco de la
cocina, la vajilla, la colada o incluso a nuestra mascota.
El agua ozonizada también puede ayudarnos a
cuidar nuestra imagen, no sólo eliminado olores corporales a través de una
buena ducha o baño con agua ozonizada, enjuague bucal, lavado de pies y demás
higiene personal, sino también mediante el lavado de la ropa, un uso idóneo
para lavar ropa de bebés o, por ejemplo, ropa de trabajo, fumadores y
similares.