La purificación del agua potable con un
ozonizador doméstico nos proporciona una versátil herramienta que puede
utilizarse para muy distintos fines, desde la limpieza en profundidad de
cualquier superficie mediante un simple lavado hasta la desinfección de
alimentos.
Los equipos ozonizadores de agua diseñados para
su uso casero son compactos, ligeros y de funcionamiento muy sencillo. Aunque
los modelos más populares son multifuncionales y permiten realizar tratamientos
de agua o mixtos, -de agua o aire y también en combinación con ionizadores-,
también existe la posibilidad de instalar generadores de ozono de mayor
potencia.
Su aplicación también es muy variada,
pero comúnmente se utilizan para ozonizar el agua de la red de agua potable de
forma completa, por lo que obtendríamos agua ozonizada en todos los grifos,
incluyendo la ducha, la distribución de agua en el lavavajillas y la lavadora.
O, si se prefiere, el ozonizador puede abastecer únicamente a cualquiera de
estos dos electrodomésticos de forma automatizada.
En el ámbito doméstico, por otra parte,
también puede surgir la necesidad de potabilización de aguas, bien sean
residuales o simplemente no aptas para el consumo humano. En estos casos, los
ozonizadores de agua pueden conseguir la depuración de esa agua de un modo
fácil, rápido y asequible, siempre previo análisis para garantizar la salubridad
del agua.
Bien sea para beber, cocinar, regar o
para mejorar la calidad del agua que se utiliza en piscinas o por ejemplo, en
estanques, el agua ozonizada logrará una pureza a la medida de las necesidades
que tengamos.
En todos los casos, se consiguen resultados
de desinfección y desodorización máximas sin efectos perjudiciales de ningún
tipo para personas ni tampoco para el medio ambiente.
Como es sabido, tras su actuación el
ozono acaba convirtiéndose en oxígeno, sin dejar residuos en todo tipo de tratamientos
realizados con ozonizadores domésticos. Por lo tanto, el uso de ozonizadores
domésticos de aire o agua no supone riesgo alguno para la salud ni el entorno.
Se trata, en suma, de un sistema de desinfección muy ventajoso, que garantiza
una máxima higiene en todos los ámbitos del hogar de forma totalmente inocua.