Con un
ionizador de aire podemos lograr algo tan importante en cualquier hogar como es
un ambiente interior fresco y purificado, libre de contaminación de todo tipo,
en el que dará gusto respirar.
Así es, el
ionizador de aire es la tecnología idónea para conseguir una hábitat
saludable, que nos proporcione una sensación de confort y bienestar en
cualquier estancia de la casa, incluso en las que tienen una deficiente
ventilación. Simplemente poner en marcha el aparato es suficiente para que la
atmósfera empiece a equilibrarse.
En cuestión
de minutos, los iones negativos acabarán con la polución, y lo harán sin
necesidad de utilizar sustancias químicas. Muy al contrario, la limpieza ambiental
se produce gracias al fenómeno de la ionización, una inyección de iones
negativos inducida. Es decir, obtenemos un aire fresco y limpio, libre de
polución y de la carga electrostática que producen los aparatos electrónico, del
mismo modo que se produce de forma natural en espacios abiertos, como la playa, las montañas, los
bosques o el campo tras una tormenta.
El resultado
será un ambiente fresco, que nos recordará al aire puro de montaña o a ese aire
oxigenado que se respira junto a las cascadas de agua, y que tanto bienestar
hace sentir. Sin olores desagradables, oliendo a limpio, sin necesidad de
utilizar agresivos ambientadores que sólo enmascaran los olores, sin acabar de
eliminarlos.
Nuestra
salud no sólo agradecerá un aire más limpio por obvias razones de salubridad,
sino que además tendremos una sensación de bienestar cuando estemos en un
ambiente libre de carga electrostática. Como es sabido, pantallas de ordenador
o el televisor, las mismas computadoras, cadenas de sonido y cualquier otro
aparato electrónico emiten ondas electromagnéticas que provocan un malestar
general y un sinfín de síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares,
irritabilidad o problemas de concentración.
El uso del
ionizador acabará con ello y con toda clase de contaminación, incluyendo virus,
bacterias, partículas alergénicas, compuestos tóxicos procedentes de plásticos,
barnices, pinturas y otros focos de contaminación. Y, por último, bastará con
realizar tratamientos regulares para que los resultados se mantengan.