Los iones negativos que emiten los ionizadores son
totalmente inocuos para niños y adultos, por lo que todos sus efectos son
positivos, propiciando un ambiente agradable, purificado, sano y libre de malos
olores.
Que un ambiente esté exento de suciedades, partículas
tóxicas, virus, hongos, bacterias y todo tipo de agentes patógenos y
alergénicos es una maravillosa noticia para la presencia de niños. No en vano,
los más pequeños son más vulnerables a cualquier tipo de microbio, así como a
los alérgenos y, por supuesto, a los tóxicos.