El uso del ozono en la desinfección cotidiana de restaurantes y cafeterías ayuda en gran medida a alcanzar los máximos niveles de seguridad alimentaria.
Purificación del agua, esterilización de utensilios y equipos, desinfección de alimentos, de ambientes, de zonas de clientela y de cocina... Los ozonizadores hace esto y mucho más en el sector de la restauración.
Los manipuladores de alimentos han de respetar unos principios y aplicar una serie de medidas de higiene importantes para la prevención de infecciones alimentarias. Entre ellas, la Organización Mundial de la Salud destaca la separación de los alimentos crudos de los congelados, el buen cocinado de los alimentos, conservarlos a la temperatura adecuada o, por ejemplo, utilizar agua e ingredientes inocuos en un entorno limpio y desinfectado.
La aplicación de estas normas es clave para alcanzar una higiene y seguridad alimentarias que cumpla con los niveles legalmente permitidos, y el ozono facilita el cumplimiento de muchos de estos imperativos con total eficacia.
En la desinfección de alimentos, su acción es inofensiva para la salud humana y el medio ambiente, actúa de forma rápida, sencilla y continuada, sin necesidad de usar peligroso desinfectantes químicos.
Mejora las condiciones del almacenaje, ya sea en cámaras refrigeradas o en espacios destinados para ello, esteriliza los utensilios y herramientas culinarias, purifica y potabiliza el agua, convirtiéndola en un desinfectante inocuo de alimentos y de toda la vajilla.
En la preparación de alimentos, además de la seguridad alimentaria, el lavado y conservación con ozono alarga la frescura de los productos perecederos (carne, pescado, frutas, verduras), devolviéndoles sus cualidades organolépticas, tales como el sabor, el color y el aroma genuinos.
Igualmente, la instalación de ozonizadores desinfectantes de ambientes elimina olores en la zona de clientes, mejorando la calidad del aire y permitiendo la degustación de los alimentos en una atmósfera más limpia.
La tecnología del ozono, por lo tanto, acaba siendo determinante para garantizar unos niveles higiénico-sanitarios adecuados tanto de cara al consumidor como para el personal en su conjunto.
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