Evitar la proliferación de agentes patógenos y los malos olores en las cosechas de vegetales es posible mediante la utilización de la tecnología del ozono para una desinfección idónea.
Lógicamente, regar los cultivos y lavar las frutas con aguas contaminadas en los tratamientos postcosecha incumple la legislación que preserva la inocuidad alimentaria.
Sin embargo, se trata de una práctica habitual, y los generadores de ozono pueden salvar la situación de cara a la comercialización del producto cumpliendo con holgura la normativa de control microbiológico.
El método básico empleado consiste disolver ozono en el agua de riego con generadores de ozono para agua. Así, gracias al gran poder germicida y desodorizante de este gas natural, completamente inocuo, logramos un agua purificada que desinfecta aquello que toca, en este caso las raíces del cultivo, la misma tierra y la planta en su conjunto.
Nitrogenar el agua y eliminar los malos olores son dos efectos secundarios benéficos que también redundan en una mayor calidad y cantidad de la cosecha, así como en el crecimiento de unas plantas más vigorosas y sanas. No en vano, además de una oxigenación extra, el ozono previene contra posibles enfermedades. Estudios recientes han demostrado que actúa en la prevención de virus, como el de la cucaracha, hongos, gérmenes, esporas y demás microorganismos que degradan los tejidos vegetales.
En los distintos tratamientos postcosecha de preparación de vegetales (verduras, hortalizas y frutas) el tratamiento del producto con agua ozonizada nos permite una limpieza alimentaria que elimina bacterias, virus y hongos, así como restos de pesticidas y fertilizantes. No en vano, estamos ante el más poderoso y seguro de los desinfectantes para frutas y verduras.
De igual modo, el agua de lavado de la materia prima nos garantiza una desinfección de los alimentos que redunda en una mejor conservación de cada una de las piezas, pudiendo prolongarse el tiempo de almacenaje y transporte (perfecto en el caso de las exportaciones). Si interesara, incluso podríamos retrasar la maduración entre un 20 y un 30 por ciento.
El uso del ozono, pues, nos permite realizar una serie de intervenciones en la purificación del agua de riego y en la postcosecha inmediatamente posterior a la recolección. Se trata de un tratamiento en pro de la seguridad agrolimentaria, respetuoso también con el medio ambiente.
La conveniencia de unos u otros dispositivos dependerá de las necesidades concretas de cada caso. Para la obtención de los mejores resultados se hace necesario el asesoramiento experto de fabricantes desde el mismo diseño de los generadores de ozono hasta su instalación y el posterior y necesario control continuado durante su funcionamiento.
