La eliminación de bacterias y olores en
peluches son dos de las principales razones por las que se precisa
higienizarlos de vez en cuando, sobre todo cuando los peques de la casa juegan
con ellos y los llevan de un lugar para otro.

Lo más habitual es lavarlos a mano o en
la lavadora. En ambos casos, podemos hacerlo introduciéndolos en el fregadero,
en la bañera o en una zafa llenos de agua ozonizada, pongamos por caso, y
dejarlos en remojo durante un cuarto de hora o veinte minutos. Será tiempo
suficiente para que los peluches queden higienizados en profundidad.
El resultado será un peluche o peluches
libres de olores, partículas alergénicas, gérmenes (virus, bacterias y polución
orgánica de distinto tipo), así como suciedad en general. Conseguiremos una
higiene que acabará con más del 90 por ciento de esos elementos potencialmente
nocivos para la salud, y lo lograremos de un modo ventajoso, pues en las
mínimas dosis aplicadas, el ozono resulta inocuo para la salud y el medio
ambiente.
El lavado en seco es otra opción que
podría resultar interesante en distintos casos, como por ejemplo cuando no se
aconseja mojarlo o simplemente en el caso de peluches delicados que preferimos
no mojar ni poner en contacto con detergentes por miedo a que pierdan su
prestancia.
Igualmente, si el peluche es un juguete
de nuestra mascota, hacer uso del agua o del aire ozonizados para higienizarlo
será la manera más efectiva de acabar con malos olores y gérmenes.
Los ozonizadores domésticos son idóneos
para conseguir los mejores resultados sea cual sea el método de limpieza
elegido. Del mismo modo, su funcionamiento es accesible para cualquier persona,
ya que están diseñados para que su uso sea sencillísimo, intuitivo y
automatizado. A su vez, son equipos de bajo consumo energético, que no
necesitan mantenimiento y tienen una gran durabilidad.
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